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No puedo cambiar su vida
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¡Qué le den!.

¿Te parece graciosa la vida?. Pues, si quieres saber la verdad, ni mijita de gracia tiene. Te sueltan aquí a donde caigas y que ahí te las den todas. El paquete lleva, 50, 70, 90 años de incertidumbre y al hoyo. Quizás menos. Estas dos líneas las tienes aseguradas. ¡Uy qué graciosa la vida!, ¿no? Luego, mientras tanto, puedes tener mejor o peor suerte, porque lo demás es al azar. Puedes ser listo… pero feo. Puedes ser guapo… pero idiota. Sano… pero pobre. Rico… pero enfermo. También te puede tocar el gordo, y ser feo, idiota, pobre y enfermo a la vez. O ser el gran afortunado, listo, guapo, sano y rico. Pero esta última combinación es poco frecuente, y en cualquier caso ya sabes, 50, 70, 90 años y… al hoyo. Y se acabó para siempre tu inteligencia, tu belleza, tu salud y tu dinero. Entras en el mismo túnel que todos quieras o no, y andas para delante quieras o no, con todo cada vez más oscuro hasta que pierdes de vista el agujero luminoso por el que entraste. Ya ni te acuerdas de cómo era. Es entonces cuando te das cuenta de que en el túnel no se ve lo que tienes delante, y que no tiene salida. Engañas a los niños para que no entiendan ciertas cosas tristes. Intentas confundir a los viejos para que no sean conscientes de su porvenir. Cruzas el tramo de los complejos, el de los apretones económicos, el de los miedos de todo tipo, el de las enfermedades más injustas. El desgaste, el inevitable deterioro. Y con el túnel aún más oscuro sigues dando torpes pasos sin ver, pasos inseguros, temiendo tropezar con cualquier piedra, poniendo las manos con los brazos extendidos porque no sabes en qué momento vas a chocar con la pared del final, aquella donde el túnel simplemente no sigue. Y no dudes que la encuentras.

¿Y ahora cómo te saco yo de la depresión?. En menudo jardín me he metido. Yo que te iba a hablar del buen humor. Siempre se dice que hay que mirar al futuro, y no al pasado. ¿Al futuro?. Al futuro que lo mire otro. Yo ni al pasado ni al futuro. Es que no voy ni a mirar. Pero hoy, hoy voy a vivir. Que sí, que vamos a sufrir mucho y que nos vamos a morir. Todos. Ya está. Hemos tocado fondo. Ahora pisemos la realidad. Que no pueda contigo. Cháfala bien con la suela del zapato. Restriégala contra el suelo y olvídate de ella. ¡Que le den! Porque mientras tanto estamos vivitos, y nosotros los hombres ojalá que coleando. Y a vosotras las mujeres… pues que os quiten lo “bailao”. Y por ese “mientras tanto” es por el que tenemos que luchar. Las personas tenemos una varita mágica poderosa. La más poderosa. Puede más que la de Harry Potter. Nuestra varita es el buen humor. El buen humor no es una opción. Es una herramienta. Es una necesidad. Puede con cualquier adversidad, puede contra cualquier realidad. Hace magia. Es el poder más fuerte que tenemos. Hasta puede hacerte olvidar el párrafo anterior. Pero el buen humor hay que sembrarlo, recogerlo y sobre todo usarlo y usarlo sin parar. Sin parar. Que no se enfríe. No te olvides nunca de él. Llévalo siempre contigo. Rechaza la seriedad y baila sólo con conceptos optimistas. ¿Conceptos optimistas?. Ahí van unos pocos. Sí, como la alegría y las risas, como ese minuto loco que viene. Saltar sobre la locura, el disparate y el carnaval. Cargar las baterías de ese estado de ánimos tuyo tan vivaracho. Salirse del tiesto. Que cada momento sea exultantemente distinto al anterior. Olvidar la rutina, buscar la novedad y la sorpresa. Tomar las cosas en broma. Darse cuenta de que nada es importante. Romper con lo que se debe, ser como Dios NO quiere. Existir sin buscarle el sentido. Vivir hoy con buen humor, vivir hoy… con buen humor. La chispa de la vida no es la CocaCola como muchos se creen. En serio, eso era sólo un anuncio. La chispa de la vida va dentro de ti. La clave de la alegría está en tu interior. ¿No la encuentras? Mira bien. Búscala, la encontrarás. Sácala, compártela con los demás dándonos tu entusiasmo. Crea tu cuadro de felicidad para hoy. Tú puedes hacerlo. Si no lo haces por ti, hazlo por mí. Hazlo por él. Hazlo por ellos. Vivamos la risoterapia. Ríete de todo, ríete de tu sombra, ríete de la mía, ríete de ti mismo y ríete de mí. Y me parece genial que te rías de mí porque te hará sentir bien, porque para eso estoy yo aquí, porque haciéndote reír me sentiré mejor.

Es hoy, hoy es cuando vas a ser feliz. Hoy. Enfócate. Tienes lo que tienes. Un tiempo precioso a punto de empezar. Activa tu chispa y conecta tu buen humor. Lucha hoy por mantenerlo encendido. Muéstrate alegre y dichoso y conseguirás serlo, y ayudarás a que todos lo seamos.

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