Lo que sale de la charca
9 de septiembre de 2024

Trilogía Sólo si tú quieres


Nunca somos conscientes de qué efectos extraños, y quizás perjudiciales, puede tener la educación que damos a los niños. La infancia es un periodo que puede marcarnos mucho. Puede determinar nuestra época de adultos, e incluso hacernos infelices, o al menos dificultarnos mucho conseguir la felicidad. La felicidad debe ser el objetivo. ¿Pero qué influye en el desarrollo de un niño que puede llevarle a conflictos psicológicos desastrosos a lo largo de su vida? Quizás padres y madres más o menos severos. O normas morales demasiado estrictas. Imposiciones religiosas a base de advertencias que hasta pueden asustarle. Una sociedad que acompleja a los que quedan mal posicionados en un inútil ranking social. A Aitor Torres Garcés le arrollaron todos los trenes. El protagonista de esta novela de ficción vivió una infancia golpeada por esos cuatro martillos de hierro. Y su mente reaccionó instintivamente para defenderse. Para revelarse poniendo toda su vida patas arriba. Quisieron hacer de él un buen ciudadano, un señor ejemplar, una plantilla de un ser aparentemente perfecto pero artificial y falso. Y Aitor no quiso ser eso. Y escribió un libro para contar su historia. Un libro en el que poder gritar que él no era así, que él no quería ser bueno, ni educado, sino malo, grosero y malhablado, obsceno cuando le apeteciera, vulgar, vicioso e indecente. Y lo tituló “
Sólo si tú quieres
”Necesitaba expresarse y soltarlo todo. Y en su libro se explayó, se desahogó sin callarse ni una. Y contó su verdad. Todo lo que sus padres y educadores hubieran querido que se callara para poder sentirse orgullosos. De la forma de escribir de Aitor en este libro emergen sus traumas. Su rebelión contra la educación. Su propia “religión” como forma de oponerse contra la que le impusieron en el colegio. Su autoestima inestable y sus altibajos anímicos que se reflejan es esa inesperada alternancia de capítulos tristes y melancólicos con otros extremadamente graciosos y chistosos. Esa forma de mezclar realidad con fantasía. Lo racional con lo absurdo. Mezclas chocantes que hacen parecer que un capítulo no pertenece al mismo libro que el anterior, incluso que no los hubiera escrito la misma persona. Esas descripciones de sus momentos sexuales más íntimos, con esa sinceridad y ese exceso de detalles, sin preocuparle lo más mínimo si es o no éticamente correcto contar así esas cosas. Y las cuenta de esa forma con toda su intención de provocar, de ser catalogado de grosero, de guarro y mala gente. Pues es lo que desea ser. Para borrar su buena imagen escribe Aitor Torres Garcés este libro, porque desea que la gente opine mal de él. Por eso lo hace provocativamente, insultando, con deprecio muchas veces. No quiere gustar con lo que escribe, sino disgustar. Pero el amor se interpone. E inevitablemente sus buenos sentimientos afloran y se le escapan en una historia tierna y sensible, convirtiendo su libro en una extraña y atípica novela romántica que pone al lector de su parte en lugar de en su contra. Si eres un intelectual que no soporta leer obscenidades y groserías de todo tipo, si tienes algún límite moral en este sentido, es mejor que cambies de novela y no leas “Sólo si tú quieres”. No es un libro para “cultos”, ni para personas sensibles a la inmoralidad, porque sin duda puede sobrepasar todas las barreras hasta nadar en la “mala educación” y el “mal gusto”. Y lo tienes ahora entre tus manos. Decide. ¿Quieres leerlo aun a pesar de todo?. ¿Conseguirá Aitor Torres Garcés salir de su pozo para lograr, escribiendo sus experiencias y ayudado por el amor, ser lo contrario de lo que todos pensaban que era y muchos quisieron que fuera?

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